Desde la deriva de la ficción y el documental, llego al lenguaje del videoarte en busca de una nueva manera de expresarme a través de imágenes y sonidos, tanto creados como apropiados, experimentando con las conexiones internas que se crean con su montaje y deconstrucción.
Uso el Shibari, arte japonés de la atadura, para crear una nueva dimensión liminal de re- presentación dentro de las cuerdas, poniendo en pausa mi lado racional y dando valor a la hipótesis, la fantasía, Ia conjetura y el deseo.
Ese territorio mutante de formatos (vídeo, performance, escultura, fotografía) me permite cuestionar el sistema de calificación esencialista, al ser a la vez una cosa y otra, y explorar con una mirada poética la comunicación a través del cuerpo, las raíces identitarias, la sensualidad, la libertad más allá de los límites normativos y la subjetividad posthumanista,